Cuidados básicos de las Suculentas 

 

Luz:

Coloca tus suculentas en un lugar donde reciban luz brillante pero indirecta. Evita la luz solar directa durante largos períodos, ya que puede quemar las hojas.

Riego:

Las suculentas son plantas que almacenan agua en sus hojas y tallos, por lo que no necesitan ser regadas con frecuencia. Deja que la tierra se seque completamente entre riegos. Es mejor regarlas menos que regarlas en exceso, ya que el exceso de agua puede pudrir las raíces.

Suelo:

Utiliza un suelo bien drenado para suculentas. Puedes comprar mezclas especiales para suculentas o hacer la tuya propia mezclando tierra para macetas con arena gruesa o perlita.

Temperatura:

La mayoría de las suculentas prefieren temperaturas cálidas, pero pueden tolerar condiciones más frescas en invierno. Manténlas alejadas de corrientes de aire frío.

Transplante:

Transplanta tus suculentas a macetas más grandes según sea necesario, especialmente si las raíces están sobrepasando el contenedor actual.

Fertilización:

Las suculentas no necesitan mucha fertilización. Puedes fertilizarlas ligeramente una vez al mes durante la temporada de crecimiento con un fertilizante líquido diluido.

Podar:

Elimina las hojas muertas o enfermas para mantener tus suculentas saludables y estéticamente agradables.

Siguiendo estos consejos básicos, deberías poder cuidar felizmente tus suculentas y verlas prosperar. ¡Buena suerte!

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